Géneros literarios  

 Cuando entramos en una biblioteca nos damos cuenta que hay muchas clases de libros: novelas, libros de historia, de matemáticas, poesía, cuentos... Cada uno de ellos tiene una finalidad: el de historia buceará en acontecimientos del pasado, sus causas e interpretaciones, tratará de describir lo más fielmente posible la realidad pasada. Puede que la manera de contar las cosas no sea muy entretenida pero diremos que es un buen libro de historia si cuenta lo que ocurrió. Si leemos una novela es porque queremos entretenernos, esperamos que sea divertida y amena de leer. No nos importará si casi todo está inventado o si es fantasiosa. Esta diversidad de expresiones es lo que llamamos géneros literarios.

Género literario "religioso"  

Entonces ¿a qué género literario pertenece la Biblia? O dicho de otra manera: ¿qué finalidad tiene el libro? Para el creyente lo más importantes es el mensaje religioso que transmite. Los libros bíblicos no tienen las intención de contarnos la historia de Israel y mucho menos cómo se ha creado el mundo, sino la de transmitirnos la fe de sus autores y el mensaje de Dios, lo que Dios hace por su pueblo. Los que escribieron la Biblia no eran historiadores preocupados por reconstruir el pasado. Lo que principalmente quieren aportar es su testimonio de fe, lo que Dios les dice. Para ellos Dios es el Señor de la Historia y por lo tanto lo controla y lo dirige todo. Hacen una interpretación creyente del mundo y de la historia. Ponen a Dios como la causa última de todo lo que existe y ocurre. No les preocupan las causas naturales, que es lo que estudian los científicos de hoy. Para ellos estas causas naturales son meros instrumentos en manos de un Dios que lo dirige y controla todo. La autonomía del mundo natural es algo que se descubre siglos después. La Biblia, por tanto, transmite un mensaje religioso, no intenta responder a preguntas científicas. Lo que pasa es, que el mensaje religioso, estas creencias, toman distintas formas literarias. Unas veces nos hablarán con relatos épicos, cartas, narraciones con apariencia histórica o con mitos, oraciones o poesía. Pero nunca, absolutamente nunca, pretenderán describir el mundo o la historia como lo haría un científico moderno. Éste busca en las causas naturales la explicación de los sucesos. Pero los autores de la Biblia parten de la creencia de que todo lo que ocurre es porque Dios así lo ha querido. Por todo ello podemos decir que la Biblia pertenece a un género literario muy peculiar: el religioso.

Proceso de interpretación  

No tenemos que olvidar que muchos de los libros se gestaron hace más de 2500 años. Desde entonces a hoy la manera de expresarse ha cambiado muchísimo. Si las modas cambian en unos pocos años ¡imagínate cuánto cambiarán en 2500? La mentalidad moderna es más pragmática, más realista y precisa. Pero el hombre oriental antiguo se expresaba de una forma fundamentalmente simbólica. Por eso, en gran parte de los textos tenemos que olvidarnos de las palabras en sí, de lo que significan literalmente para adentrarnos en el mundo de lo simbólico y buscar qué nos quieren realmente decir. Esto no resulta fácil. Hace falta conocer y aplicar una serie de claves interpretativas para acercarnos a lo que quiso decir el autor y nos quiere decir el texto.

A pesar de la diversidad de autores, de géneros literarios, mensajes, lugares, personajes, historia, se puede establecer un procedimiento para interpretar un textos de la Biblia:
1. Lectura literal del texto. Se trata de comprender el significado de las palabras y el contenido del texto.
2. Analizar el contenido del texto en el contexto de la obra en la que se enmarca.
3. Análisis del contenido histórico en el que se escribió la obra y características personales del autor.
4. Intención del autor: por qué quiso hacer ese relato, qué quería transmitir.
5. Ver qué sentido tiene el texto a la luz de toda la Biblia y de la tradición de la Iglesia.