Parábola del Buen Samaritano Lc 10, 30-37

Jesús respondió: “Un hombre bajaba de a Jericó y cayó entre ladrones, que le robaron todo lo que llevaba, le hirieron gravemente y se fueron dejándolo medio muerto. Un sacerdote bajaba por aquel camino; al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Igualmente un , que pasaba por allí, al verlo dio un y pasó de largo. Pero llegó un , que iba de viaje, y al verlo, se compadeció de él; se acercó, le las heridas, echando en ellas aceite y vino; lo montó en su cabalga­dura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente sacó unos dineros y se los dio al , diciendo: “Cuida de él y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la ”. ¿Quién de los tres te parece que fue del que cayó en manos de los ladro­nes?” Y él contestó: “El que se compadeció de él”. Jesús le dijo: “Anda y haz tú lo mismo”.
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